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martes, 16 de febrero de 2010

Mejor me callo

No eres responsable de lo que sientes. Los sentimientos, las emociones, vienen a su antojo, sin ser invitados. Simplemente, en un momento dado sientes rabia, o te enamoras de alguien. No puedes evitarlo, es algo que te pasa, no algo que decides. Aunque esto es discutible, porque creo, como ya he expresado en otro de mis textos, que tenemos más control sobre nosotros mismos del que creemos. Pero asumamos que esto es así: no eres responsable de lo que sientes.

De lo que sí que eres responsable es de lo que haces luego, de como actuás con estas emociones. Así, es tuyo, y de nadie más, el puñetazo que das. También lo son las palabras amargas que buscan provocar el máximo daño en la otra persona, para que se sienta igual de mal que tú. También son tuyos todos los pasos que das para acercarte a la persona de la que te has enamorado, para seducirla aún sabiendo que no es lo más apropiado, que no es el momento, o que estás atacando su felicidad con la persona que ama al poner dudas en su corazón.

Son tuyos los elogios, las miradas, los silencios cargados de sentido, las sonrisas.

Eres responsable de lo que haces con lo que sientes. Aunque a veces es imposible actuar a contracorriente de esos sentimientos. Sofocar la rabia y sonreír. O dejar de ver a la otra persona como a tu alma gemela, y mirarla con indiferencia. En estos casos, para no decir lo que sientes es mejor no decir nada. Para no hacer lo que sientes, lo mejor es estar lejos.

Por todo esto muchas veces pienso:

Mejor me callo

Mejor me voy

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