para viejos sentimientos.
Para una amada
que cada año cambia el rostro
pero siempre comparte un corazón roto.
Por una tristeza
tan centrada en sí misma
que ha dejado de tomarse en serio.
Por una libertad ficticia de la realidad
y una esclavitud real de la fantasía.
Por una lucha eterna
entre el deseo de vivir
y el deseo de dejar la vida
que disfraza multitud de miedos
a crecer
a vivir
a luchar
a perder.
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