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miércoles, 17 de junio de 2009

“¿Sabias que si alguien siente celos por ti, es que te quiere realmente?


Y después de soltarte ésto, se quedan tan anchos.


Actualmente no soy una persona celosa. Lo fui en su momento , con 18 años y mi primera novia, quien, muy acertadamente, me mandó a hacer puñetas.

No comparto para nada la validez de los celos, ni el derecho de las personas a ser celosas. Lo respeto, pero me alejo. A pesar de eso, tal vez gracias a haberlo sido en su momento, puedo ponerme en el lugar de una persona celosa.


Empecemos: ¿Qué se siente al sentir celos?

Recuérdalo. Todos hemos tenido algún momento así, y todos hemos visto una demostración de ellos.

En la base de los celos está el miedo.


Miedo a quedarte solo. A que tu pareja encuentre a alguien mejor que tú, o más atractivo para ella en ese momento. A que te engañe. Miedo a perder el tipo de vida que tienes ahora, que tanto te ha costado conseguir, o que es tuyo por derecho. Miedo a dejar de ser valorado. Miedo a ser dejado de lado. Miedo a perder a la persona con quien has elegido vivir, la persona que te importa.


En función de la personalidad de cada uno, hay más miedo posibles. Miedo a que te roben Lo Tuyo (para los que su pareja es una posesión); a que se qüestione tu autoridad (para los dominantes); a perder tu razón de vivir (para los dependientes); a estar perdido y desorientado (otra vez los dependientes).


Repasemos el anterior párrafo. ¿Qué faceta de la personalidad refleja cada miedo? Vemos ejemplos de inseguridad, dependencia, infravaloración, desconfianza, egocentrismo.

¿Está reflejado el amor en algún lado?


No digo que una persona celosa no esté amando a la persona por quien siente celos. Digo que amor y celos no están relacionados.

¿Puede amar a alguien una persona adicta a la heroína o a la PlayStation? Muy probablemente.

¿Puede amar a alguien una persona que sufre vértigo? Pues si. Pero es muy probable que si está con su persona amada en lo alto de un acantilado, el amor pase a un segundo plano.


No estoy afirmando, al poner estos ejemplos, que los celos sean un problema psicológico. Una especie de enfermedad que, hasta que no se trata adacuadamente, debe disculparse (como el vértigo, o la depresión).

Para mi se parecen más a una fea costumbre, del estilo de quitarle el bocadillo a los más pequeños en el patio del colegio. Después de todo, si sentir celos “es natural”, quitarle la comida al más débil es igual de natural. Cuestión de supervivencia. Y cuestión de actitud ante la vida.


¿Qué sentido tiene el “crimen pasional”? Aquel en que prefiero matarte a que seas feliz al lado de otro.

Vaya, qué demostración más profunda de mi amor por ti.

Llamadme raro si queréis, pero cuando amo a una persona, intento que ella sea feliz.


Y ya para terminar, permitidme que cite una frase que resume muy bien toda ésta reflexión, y de la que desgraciadamente no recuerdo al autor:


En los celos, hay más amor propio que amor”


2 comentarios:

  1. El querer a alguién no te da el derecho de ser su dueño/ña.

    No hagas prisionero/a a la otra persona, no la encierres en tus muros, porque solo estas queriendo lo que tu quieres querer y no lo que debería ser. Da libertad y esa libertad te será devuelta........

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  2. "No es difícil ser propietario de algo. O de todo. Sólo debes saber que es tuyo, y después estar dispuesto a dejar que se marche por si mismo".
    Neil Gaiman. (Stardust)

    No refleja exactamente el caso (el amor no es para mi propiedad), pero si la idea

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